miércoles, 25 de noviembre de 2015

El jardín de Francisca y Gastón


El taller donde voy a clases de pintura queda en una antigua casa de Vitacura (Santiago de Chile), una belleza en decadencia, de esas que tienen los días contados hasta que venga una constructora y la tire abajo para hacer un edificio. Mi profesor vive con su mujer en la casa de al lado, y muchas veces al asomarme a acariciar a su perra sobre la medianera, pude entrever pedacitos de un jardín fascinante. Hace poco me animé a pedir permiso para entrar a conocerlo, y les quiero mostrar cada rincón porque su onda casual y bohemia no tiene desperdicio.



Gastón es artista plástico. Pinta increíble, además es profesor en la universidad y en su taller. Francisca es coreógrafa, ha estudiado y bailado por el mundo, y ahora se está dedicando a la jardinería. Es casa de artistas y se nota; se respira una sensibilidad especial, en el jardín las plantas crecen desbocadas y felices.


Esta vocación por las plantas desembocó en un proyecto de ofrecerlas para la venta, y por eso este lugar es a la vez jardín, criadero y taller. Hija de madre ceramista, Francisca se hace heredera del oficio y pinta las macetas con unos diseños únicos. Son tan lindas que todos insistimos en que empiece a publicarlas, porque se las van a sacar de las manos! Si quieren ser de los primeros en tenerlas, pueden pedirlas a franciscasazie@gmail.com o +569 93095772. ¡Aprovechen que les estoy dando la primicia!















Muchas gracias por disfrutar conmigo de esta visita. Atentos a mi instagram que seguro voy a mostrar cuando haya nuevos productos. Repito los datos de Francisca: franciscasazie@gmail.com, cel +569 93095772. 

Hasta el próximo hallazgo!

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jueves, 19 de noviembre de 2015

Más propuestas para HABITAR tu casa

La sección "Habitar" del Blog de Juana sigue creciendo. Les comparto los últimos posts que escribí. Los primeros habian sido: La casa perfecta, Cambiarse, y Permanencia. Ahora es dejo acá los últimos 4, espero que les gusten!!! Siempre pueden entrar a leer todos al blog de Juana.

Post #4: Decoración personal

Hablar de decoración siempre me resulta complicado porque es un tema que está en el limbo entre lo necesario y lo banal. Si le damos demasiada importancia parece que olvidamos que hay otras tantas cosas más trascendentes de las cuales hacerse cargo. Pero si lo dejamos de lado… nuestra casa nos deprime. “Poner la casa linda” es un gesto natural en las personas. Ordenamos, abrimos las cortinas para que entre luz, usamos colores que nos gustan o ponemos flores en un florero. Lo hacemos cuando estamos alegres, o lo hacemos para levantarnos el ánimo. Y funciona. Por eso no podemos desestimarlo; a fin de cuentas, nuestro hogar tiene que hacernos sentir bien.


Entonces, decorar ¿es importante o superficial? Creo que tiene sentido esmerarnos por generar una atmósfera que nos reconforte y mejore nuestra experiencia de hogar. Cuando, en cambio, lo hacemos para seguir una moda, para imitar las fotos de las últimas tendencias, para despertar la admiración de personas que podrían visitarnos (y criticarnos), la decoración se vuelve frívola, un derroche de dinero, y un círculo interminable de insatisfacción.

Le consulté a María Tórtora, creadora de Casa Chaucha, cómo puede nuestra casa hacernos más felices: “primero tenemos que saber qué es lo que nos hace felices, y después trasladarlo a nuestra casa. Recuerdos, pasatiempos, colores, olores, amigos, familia, lo que sea. La casa es una facilitadora de todos esos eventos”. En el vocabulario de Casa Chaucha, una casa linda es un espacio de exploración personal, indiferente a las modas y tendencias. Los interiores que encontramos en su sitio web son reales, originales, adorables, llenos de personalidad. “Cuando elijo visitar una casa es porque me doy cuenta de que las cosas no están puestas solamente para decorar. Es un espacio que me transmite la riqueza de los habitantes, el estilo de vida, las motivaciones. Es belleza genuina”.

¿Para quién estás decorando? ¿Quién te dicta cómo debe ser tu espacio privado y personal? Si suspiras por esas sillas de diseñador, o te lamentas porque tu casa no se ve igual a esa foto de Pinterest, pregúntate si es eso lo que necesitas para que tú y tu familia compartan mejores momentos. En realidad sólo hacen falta unas pocas cosas y un toque de cariño para hacer un hogar acogedor.

Desterremos el “deber ser” en la decoración. Hagamos casas únicas, que se parezcan más a sus habitantes y menos entre sí. Libérate de la comparación, rodéate de objetos y vivencias que tengan sentido para ti, que te hagan sonreír cuando te despiertas y cuando vuelves cansado. Busca en tu interior lo que te hace feliz, definan como familia lo que les gusta, luego trasládenlo a su casa. Y encontrarán belleza y alegría genuinas.


Post #5: Vida Interior

Este invierno que se quiso quedar más de la cuenta nos retiene adentro cuando ya esperábamos pasar los días al aire libre. Imagino que ahora mismo hay muchas personas mirando por la ventana, deseando que mejore el clima. ¿Por qué estar en casa tiene que ser menos interesante que salir? 


Nuestro hogar es el espacio donde nos relacionamos con las personas más importantes de nuestra vida: la pareja, la familia, o nosotros mismos. Por eso el tiempo que pasamos ahí merece que le demos una oportunidad para ser especial y placentero.

Quedarse en casa puede ser un plan tan atractivo como cualquier otro. Basta con modificar algunos detalles para que algo cotidiano se convierta en un evento especial. Donde hay niños, mirar una película es un pasatiempo habitual, pero si organizamos una Noche de Cine, repartimos entradas y hacemos palomitas, se transforma en un plan diferente y mucho más emocionante. De la misma manera podemos tener un show de talentos, una discoteca, karaoke, acampes en el living, el cumpleaños del gato, y todo lo que la imaginación nos sugiera. ¡Lo mejor es que podemos hacerlo en pijama y descalzos!

La propuesta es congregar a la familia con actividades que nos diviertan a todos; no necesitan ser grandes cosas ni durar mucho tiempo. Jugar a las escondidas o bailar un rato todos juntos es suficiente para los más chiquitos. Cuando crecen, se puede aprovechar sus intereses para inventar juegos en familia: filmarnos y usar las aplicaciones de los celulares para crear videos divertidos; organizar campeonatos de Play Station o Xbox, de cartas o de taca-taca; presentarnos mutuamente nuestra música favorita; desafiarnos a encontrar los videos más divertidos de internet para reírnos todos juntos.

La casa se hace hogar no por sus muebles y objetos, sino principalmente por lo que vivimos en ella. Y los momentos compartidos en familia crean recuerdos imborrables. A veces ni siquiera hace falta organizar un juego: la ocasión se vuelve especial con un gesto como cambiar el lugar donde comemos normalmente o poner la mesa linda sólo para nosotros. Porque nadie es más importante ni merece más atención que los que viven en esta casa, y es agradable transmitir ese mensaje.  

Si es bueno hacer esto por los chicos, sin duda es importantísimo para la pareja. A los adultos también nos beneficia un cambio en la rutina, aunque sea pequeño. Una cena cualquiera se vuelve romántica tan solo cambiando las luces por velas, vino y música. Recuperar los juegos de mesa, volver a ver fotos o videos viejos, planear viajes (posibles o no), cocinar juntos una nueva receta, darse un baño de espuma, y luego… lo que más les guste. 

¿Y si estás solo? Es tu tiempo, aprovéchalo como un lujo y una cita contigo mismo. Date un baño de inmersión, aprende algo en un curso online, baila, pinta un mueble, organiza tus listas de música, relee cartas viejas, ordena tus cajones, escribe o simplemente duerme, que nunca viene mal. Date tus gustos, recuerda lo que te gustaba hacer cuando eras chico y juega. Nadie te ve, la libertad es absoluta. ​

Una casa alegre es una casa donde se permita vivir, desordenar, ensuciar un poco, y donde se propicie el encuentro. Abramos el juego, inventemos fiestas propias, llenemos nuestras casas de rituales, fabriquemos tradiciones familiares y recuerdos felices. Cultivemos la vida interior, que para enfrentarnos con el mundo habrá tiempo de sobra.


Post #6: Animarse al color

Una vida de color rosa es una vida dulce y romántica, en inglés sentirse blue (azul) es estar triste, y dicen que el verde es el color de la esperanza. Cotidianamente les atribuimos sentimientos a los colores, y eso no es pura fantasía. Se sabe que los colores despiertan emociones y pueden afectar la forma en que percibimos los espacios.

 

¿Te has fijado en cuál es la paleta de colores de tu living, de tu dormitorio? Si los colores influyen en nuestro estado de ánimo, es importante que aquellos con los que nos rodeamos nos hagan sentir alegres y en armonía.Vale la pena dedicar un rato de pensamiento y planificación para que los colores de nuestros ambientes sean realmente elegidos por nosotros, y no la consecuencia de una suma de casualidades.

¿Cómo elegirlos? Cada uno tiene sus colores preferidos, y esto tiene que ser lo primero a considerar. La percepción es subjetiva y lo más importante es que tú te sientas feliz con tu elección. De todos modos es bueno tener en cuenta algunas claves, como por ejemplo que solemos sentirnos cómodos rodeados de colores neutros y poco llamativos, porque proporcionan descanso y tranquilidad. Los colores cálidos atraen la atención y tienen un efecto estimulante; son colores vitales y alegres, pero conviene usarlos con moderación. Los colores fríos producen una sensación de reposo y calma, y utilizados solos pueden ser un poco tristes, por eso mejoran con algunos acentos de colores más cálidos. Existe abundante material escrito sobre el uso de color en decoración, al final mencionaremos algunos sitios donde puedes leer un poco más. Toma en cuenta todo esto, pero confía en tu instinto.

Modificar la paleta de colores de la casa no implica contratar un decorador ni gastar mucho dinero. Unos pocos movimientos pueden generar cambios significativos: intercambiar los cojines del living con los del dormitorio, mover cuadros o fotos de lugar, poner a la vista algo que tenías guardado. No pienses sólo en los adornos clásicos: cualquier objeto puede dar el toque de color, como una lata de té, frutas, o una pila de revistas. Con inversiones mínimas también puedes lograr grandes diferencias: imprimir láminas gratuitas de internet para enmarcar, pintar una silla, comprar un florero o velas. Recuerda que todo el espectro de colores está disponible. Muy atrás quedaron los tiempos en que los tapizados y alfombras sólo se hacían en burdeos, mostaza o verde seco; hoy tenemos a disposición todo el círculo cromático.

Te invitamos a que juegues y experimentes con los colores. Aprovechando el comienzo de una nueva temporada, atrévete a refrescar el aire de tu casa con colores luminosos, veraniegos. Abandona los tonos opacos, apagados, y anímate con algo que te haga vibrar. Prueba distintas combinaciones, diviértete, y sigue cambiando, que tu casa es tu mundo y cambiar es estar vivo.

Sitios web recomendados:

Acerca del color, combinaciones y sensaciones asociadas:


Generadores de paletas, para identificar la paleta de colores de tu casa subiendo una foto:

- Chip it!:  sitio web
- Pictaculous: sitio web

Simulador de color. Para probar cómo quedaría un ambiente si cambiaras los colores:

- Color Tools de Sherwin Williams:  sitio web  |  ColorSnap para Android  |  ColorSnap para Apple


Post #7: Si estas paredes hablaran

Mi cuñada es diseñadora de interiores, y me contó que cuando estudiaba, una profesora les pidió que llevaran a la primera clase fotos de sus casas. Las usaron para presentarse: el resto del grupo debía adivinar características de la persona a través de sus fotos. De este modo demostraban que -consciente o inconscientemente- las casas dicen mucho de sus dueños. Si asistieras a esa misma clase, ¿qué podrían adivinar tus compañeros mirando las fotos de tu casa?

Nuestras casas hablan de nosotros. Dicen si en una familia hay músicos, si hay cinéfilos, si hay lectores o deportistas. Revelan si los habitantes toman vino, si les gusta la playa, la montaña o el campo, si están siempre con amigos, si trabajan o si estudian, si tienen ascendencia rusa, si son religiosos, si su abuela bordaba o si alguien estudió arquitectura. La vida se manifiesta, las pasiones dejan huellas.  

¿Qué dice tu casa de ti? A veces, enfocados en seguir una moda o un ideal, llenamos la casa de objetos traídos de afuera, que no nos representan. Conseguimos casas hermosas, sin duda, pero para ocupar la portada de un catálogo; casas que podrían ser de cualquiera.  

Deja que tu casa cuente tu historia, que revele tu carácter, tu particularidad. Para eso, la propuesta es hacer el camino inverso: en lugar de traer desde afuera (adornos), dejar que la estética brote de nuestro interior. Nuestros amores, nuestras creencias, recuerdos, nostalgias o tradiciones salen a la luz materializándose en objetos que sí tienen sentido: muebles pintados por nosotros mismos, cuadros de un pariente artista, algún juguete de la infancia, un pañuelo bordado por la abuela y enmarcado, instrumentos que de verdad hacen música y libros que realmente se leen. Aparecen evidencias de viajes, pistas de vidas pasadas, costumbres familiares, pequeñas colecciones y obsesiones. Una comunidad de objetos que, hilados, cuentan una historia: la tuya.  

Si estás en el momento de armar tu casa por primera vez, te sugiero que no te apures en llenarla con “decoración”. Empieza con lo imprescindible y deja que los objetos lleguen a ti de a uno. Recupera algo de tu pasado, busca en la casa de tus padres o abuelos elementos con valor sentimental, compra algo sólo si tiene mucho sentido para ti, sé selectivo.  

Si tu casa ya está completa pero sientes que no te refleja fielmente, también puedes remediarlo. Regala aquello que no te hace feliz, y no tengas prisa en reemplazarlo. Deja el espacio vacío para permitir que aparezca algo mejor; pronto quizás llegue a tus manos algo que te gusta más, o descubras que en realidad no necesitabas nada ahí. Y esta última idea aplica no sólo para la decoración, aplica para la vida.

La colección de cajitas de fósforos era de mi abuelo. Tenerla es más significativo que poner una foto suya: tengo su manía, su sentido del humor, su espíritu viajero, el aroma exacto de su casa y la fascinación que me provocaba curiosear entre sus cosas. Este es el tipo de tesoros que me gusta tener en casa.

Aclaración: las 3 primeras fotos de este post son de La Casa de Juana; la última es mía.


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martes, 10 de noviembre de 2015

Un rincón con todo el encanto latino

Quien conozca mi casa o haya visto mis fotos sabe que me encantan las artesanías mexicanas y usar mucho color en la decoración. Cómo no me va a gustar entonces Rincón Encanto, este emprendimiento que trae a Chile lo más lindo de México (y otros países de Centroamérica) para la casa.


Ángeles es diseñadora gráfica, mamá, diseña espacios, y como si todo eso fuera poco, tiene esta tienda de objetos de decoración. Todo empezó hace poco con un viaje en familia a México, donde se enamoró de las artesanías que hacía la gente del lugar. Trajo lo que pudo para ella... pero pronto volvió para buscar más cosas y abrió Rincón Encanto. 


Empezó ofreciendo los productos a través de instagram y hace poco abrió una tienda online. Tiene almohadones, banderines, caminos de mesa, carteras, corazones esmaltados y mucho más. Para mí, su producto estrella son las plantas en canastas o en "tenates" (vasijas tejidas). En su terraza tiene un verdadero criadero de suculentas y otras plantitas que reproduce con mucha mano verde.


Ángeles me cuenta que su principal objetivo es potenciar y promover el trabajo artesanal de los pueblos latinoamericanos. A través de las texturas y los colores, quiere acercarnos la calidez y dedicación de las manos que los fabricaron. Me habla de los artesanos con verdadera pasión, y me deja pensando: si se tiene respeto y conciencia, la decoración es un medio tan bueno como cualquiera para despertar la sensibilidad por las distintas culturas del mundo.





Datos:
www.rinconencanto.cl
instagram: @rinconencanto
mail: angeles@rinconencanto.cl

Gracias por leer!
Vicky


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lunes, 26 de octubre de 2015

Santiago de Chile, como yo la veo

Creí que no estaba lista para escribir sobre Santiago. Pensé que no, que no conozco tanto, que hay mucha gente que conoce la ciudad mejor que yo, y otras tantas pavadas que pensamos cuando nos tiramos abajo.

Barrio Italia
Pero la realidad es que escribo sobre Santiago todas las semanas. No pasan cinco días sin que alguien, conocido o no, me escriba pidiendo consejos de qué hacer o ver en esta ciudad. La mayoría llega a mí a través de mis fotos de instagram, y si a ellos les gusta mi mirada de Santiago, pues me siento más que autorizada a hacerla pública.

Aclaro, me encanta que me pregunten. Me hace feliz compartir lo que me gusta, y por eso siempre contesto estos mails con muchísimos datos. Voy a escribir esas mismas cosas acá en el blog para que lleguen a más gente y de paso para ahorrarme un poco de tiempo de tipeo... pero no quiere decir que no me puedan seguir preguntando. Mi mail cantandovictoria@gmail.com está siempre disponible.

Me gusta describirme como una turista residente. Vivo acá pero miro la ciudad con ojos de viajera. Hago salidas de turista, zapatillas, cámara en mano, botellita de agua, sombrero y protector solar. Santiago es bella y te voy a contar por qué, dónde y cómo. A mi manera, con lo que a mí me gusta hacer.

Subir al cerro San Cristóbal a ver el atardecer

Imperdible, señores. El Cerro San Cristóbal (Parque Metropolitano) es el corazón y el ícono de esta ciudad. Los santiaguinos lo quieren mucho, y algo que me encanta es que no es un paseo de turistas, es un lugar a donde vienen los "locales". La subida, unos 6 a 8 km (no tengo el dato exacto) se puede hacer en auto, en bicicleta, caminando, o en funicular. Como me gusta ir para ver el atardecer, googleo el horario de la puesta de sol de ese día y subo un rato antes. Ver ponerse el sol despacito sobre la ciudad, y cómo se van encendiendo todas las luces, es fascinante. En verano, como anochece tarde, creo que no se puede contar con el funicular para hacer esta visita, porque deja de funcionar más temprano. Pueden chequear los horarios en esta página web.


Hacer picnic en el Parque Araucano y caminarlo todo
El Parque Araucano es inmenso, verde, arbolado, limpio y bien cuidado. En este momento su rosedal está que expolota de flores. Además, es mi zona de picnic preferida. Incluso en los momentos en que está más concurrido, sobra espacio para estar tranquilos y cómodos todos. En verano hace mucho calor en Santiago, pero a la sombra se está muy bien, por eso es tan lindo venir a sentarse bajo los árboles. 

Para los que vienen de shopping, puede ser un lugar de descanso muy lindo ya que está justo en frente del mall Parque Arauco, Si venís con familia podes quedarte comprando tranquila y mandar a tu marido con los chicos a los juegos de Parque Araucano, que son espectaculares.




Barrio Italia al mediodia o a la tarde
La calle Italia entre Marín y Sucre está repleta de antiguas casas que se convirtieron en galerías. Hay que caminar asomándose a cada portal, porque de afuera no se nota, pero entrando por un pasillo de pisos calcáreos te encontrás con un patio, cafeterías y locales de diseño independiente. Es todo lindo! En la transversal Caupolicán están los anticuarios, y también vale la pena dar la vuelta por las paralelas Av. Condell y Girardi.



Caminar por Providencia
Caminar es la mejor forma de conocer cualquier lugar. Caminar mucho, dar vueltas, perderse, descubrir rincones únicos. Providencia es una belleza, con esas calles de lindos edificios residenciales y árboles tan grandes que forman un túnel sobre tu cabeza. La avenida Providencia en sí misma me resulta demasiado caótica, pero sus alrededores me gustan mucho. Me refiero a un área comprendida más o menos entre Antonio Varas, Andres Bello, Luis Thayer Ojeda y Carlos Antúnez. La foto de la bicicleta la saqué en Orrego Luco, una de mis calles preferidas. 

Si te gusta el diseño, tus pasos pueden llevarte hasta la galería Drugstore, en Av. Providencia 2124.


Caminar por barrio El Golf (Las Condes)
La caminata por Providencia te puede llevar a Las Condes, o viceversa (al cruzar Tobalaba cambias de comuna). Este barrio es el que rodea a la calle El Golf, con una plaza muy linda. Me gusta pasear por Presidente Riesco, Isidora Goyenechea, Gertrudis Echeñique, Presidente Errazuris, Málaga... el paseo se puede extender hasta donde quieras. Por ahí también te encontrás con una de las sucursales de Kadó, una tienda de regalos solidarios de la que ya hablé en este post.




Andar en bici por Pocuro
Pocuro es otra de mis calles preferidas en Santiago. Es lindísima y tiene un boulevard con árboles y florcitas y una doble senda: una de tierra, para trotar/caminar, y una asfaltada doble mano para bicicletas. Además los domingos a la mañana cortan la calle entera, y junto con otras calles de Providencia conforma un circuito genial para salir a pedalear. 

Se que para los que vienen de turistas muchas veces conseguir bicicletas no es fácil. Pero Pocuro es muy linda y vale la pena pasar aunque sea una vez, corriendo, caminando, en bicicleta o en auto. Pueden pasar por ahí, por ejemplo, a la vuelta de su visita a Barrio Italia; no es muy larga, empieza en Antonio Varas y termina en Tobalaba.




Barrios Brasil y Yungay


Para amantes de lo antiguo, de lo pintoresco, estos barrios con aires de nostalgia son para caminar con la cámara colgada. Todavía me falta conocer mucho, pero se que no pueden perderse la calle Concha y Toro, el Pasaje Hurtado Rodriguez y el Pasaje Adriana Cousiño. 

Pueden llegar hasta Quinta Normal, un parque inmenso que ademas reúne varios museos como el de Historia Natural, el de la Memoria, o Artequin (algo así como un museo de juguetes que muero por tener chicos para llevar).




Santiago Centro

El centro tiene mucho para ver, pero no deja de ser el centro de una gran ciudad: ruidoso y apretado. Se que no es lo que la mayoría busca cuando está de vacaciones, por eso no se lo recomiendo a cualquiera. Pero a todo el que le interese, le menciono algunos puntos principales: 
-El Palacio de la Moneda: es la casa de gobierno de Chile. Sólo la conozco de afuera, pero entré varias veces a su subsuelo, el Centro Cultural Palacio de la Moneda, un museo excelente! Vale la pena fijarse qué exposiciones tiene el CCPLM en el momento de tu visita y tal vez pasar a verlas.
-Plaza de Armas: donde está la Catedral y otros edificios importantes, como el Museo Histórico Nacional. La verdad que la plaza está muuuy linda, la arreglaron hace un año.
-Cerro Santa Lucía, Barrio Lastarria y Parque Forestal: los menciono juntos porque es un recorrido que me gusta combinado. Subir al Cerro Santa Lucía (es un cerro bajo, se hace en un rato) caminar por Lastarria, Merced, pasear por el Parque Forestal, entrar al Museo de Bellas Artes. Esta parte del centro es mucho más tranquila.


Antes de terminar les recuerdo que mi amiga Anto, del blog Actitud y Alegría, compartió su propia versión de los imperdibles de Santiago, no dejen de leerla! 

Verán que el post me quedó largo. Por eso dejo para otra oportunidad mis recomendaciones en cuanto a compras, restaurantes y escapadas fuera de la ciudad. No se puede todo junto! Pero sin duda lo que escribí acá es mi parte preferida: lo que se refiere a ver, recorrer y conocer Santiago, caminando sus calles. Espero que les sirva, y que me cuenten si siguen alguna de mis recomendaciones.

Gracias por leer!


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lunes, 21 de septiembre de 2015

Permanencia

¡Hola! Vengo para compartir el tercer post que escribí para La Casa de Juana, y que se publicó hoy.

Últimamente sólo uso mi blog para esto. No es la idea, para nada. Quiero continuar con este espacio como era, y tengo varias ideas. Pero cuando se empieza a hacer cosas nuevas, siempre hay un tiempito en que parece que no podés seguir con las anteriores y las nuevas a la vez. ¿Les pasa? Es hasta que te acomodás, y después claro que podemos con todo! Especialmente las mujeres!

Hasta tanto termine de organizarme, les dejo este texto, acá traducida a su versión "en argentino". Si todavía no leyeron los anteriores, pueden leerlos en orden acá: Post 1 "La casa perfecta" -  Post 2 "Cambiarse"


"Permanencia"



Una de mis hermanas, después de casarse, vivió en cinco ciudades diferentes en seis años. Su fórmula para sentirse a gusto con tantos traslados era la siguiente: en cada nuevo lugar elegían la casa más linda posible y se instalaban en ella como si fueran a quedarse para siempre. Incluso si sabían que su estadía sería de pocos meses, colocaban repisas, colgaban hasta el último cuadro y ponían cortinas en todas las ventanas. 

“Después de una mudanza necesitaba volver a encontrarme lo antes posible, mirar a mi alrededor y sentir que estábamos ‘en casa’. También quería que mis hijos supieran que a pesar del gran cambio externo (de casa, de país, de idioma, de colegio) nuestras vidas podían continuar sin demasiadas alteraciones, porque en la intimidad seguimos siendo los mismos”.


El cambio es inevitable. Todo se modifica constantemente a nuestro alrededor. En medio de ese movimiento, buscamos crear espacios de pertenencia y permanencia, donde podamos encontrarnos con nosotros mismos y saber quiénes somos. Rodearnos de nuestros objetos conocidos, volver a organizar la casa de cierta forma, nos reconforta porque nos recuerda que hay algo que permanece a pesar de los cambios: la familia, el amor, nosotros mismos.

Pienso cuántos de nosotros dejamos inconcluso el proceso de instalarnos en nuestra casa. Pienso en cajas de mudanzas que jamás se abrieron. En una amiga que dejó la casa de sus padres pero aún tiene la mitad de sus cosas allá. En personas que nunca pintaron su departamento del color que querían. No terminamos de apropiarnos del espacio, y así ese espacio no puede ser nuestro del todo. Estamos pero no estamos realmente ahí. Nos mantenemos en un estado de tránsito. 



¿Por qué lo hacemos? ¿Qué mensaje nos estamos enviando? Tenemos una casa pero no nos permitimos “sentirnos en casa”. Nos excusamos de distintas maneras, lamentamos no haber tenido tiempo, y esas cajas cerradas siguen ahí como un recordatorio de que estamos de paso, de que este no es nuestro lugar. 

Habitar es permanecer, y permanecer es fundamentalmente quedarse. Vos, ¿te quedás, o siempre te estás yendo? Hoy renuevo la invitación a habitar nuestros espacios. Si todavía no te asentaste por completo en tu casa, durante las próximas dos semanas realizá un cambio en ese sentido: colgar tus fotos o cuadros, poner tus revistas preferidas junto al sillón, buscar el mueble que te falta. Hacéte ese regalo; luego invitáte a quedarte, ofrecéte un té o una copa, y encontráte con vos mismo en tu hogar. 



Todas las fotos son de La Casa de Juana. Conozcan su blog que es lindísimo!!! 

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lunes, 7 de septiembre de 2015

Cambiar-se

Acá en Chile cuando hablan de mudarse dicen "cambiarse". Inspirada en esa palabra y en esa idea escribí el segundo post para el Blog de Juana (ya les conté hace unos días cómo empecé a escribir esta serie Habitar para La Casa de Juana). 

Lo pueden leer directamente en su página, o acá mismo les dejo la transcripción más abajo. Los invito a comentar sus sensaciones sobre estos temas... Voy a seguir escribiendo y necesito su feedback, para escribir algo que nos refleje a todos. Gracias por acompañarme.

"Cambiarse"

Hace unas semanas hablamos de la casa perfecta. Cuando estamos buscando un lugar para vivir tenemos una gran cantidad de deseos. Encontrar la vivienda que cumpla con todos ellos es una misión dificilísima. En la mayor parte de los casos debemos dejar de lado algunos de nuestros requisitos iniciales para adaptarnos a lo que permite nuestro presupuesto. 

Es casi inevitable que tengamos que ceder en algunos aspectos. Por eso habitualmente se recomienda definir de antemano los puntos que consideramos innegociables e intentar ser flexibles con el resto. Por ejemplo, "busco una casa luminosa porque paso gran parte del día ahí, no me importa si no es tan grande", o bien "necesito vivir cerca del metro porque lo uso diariamente para ir a trabajar", o "somos muchos, entonces necesitamos una casa grande aunque sea alejada de la ciudad". Estableciendo tus prioridades podrás orientar mejor la búsqueda, hacer las preguntas necesarias a las corredoras y acotar la cantidad de propiedades que visitas. 

Por otro lado, puede ser un buen momento para replantearte lo que hasta ahora creías que era importante. ¿De verdad necesitas que el edificio tenga piscina? ¿Cuántas veces la utilizaste el último verano? Es natural que valoremos los espacios comparándolos con los que teníamos previamente. Pero ten en cuenta que mudarte puede ser la oportunidad de modificar ciertas formas de vida. Por ejemplo, resignas una casa con jardín para pasar a un departamento ubicado junto a tu club, puedes ir todos los días al club y no necesitas el jardín. Eliges una casa con las áreas integradas y promueves un estilo de vida más social y compartido. Tu nuevo depto es tan luminoso que te invita a pasar más tiempo adentro... y descubres cuánto lo disfrutas. 

¿Has escuchado la frase "casa nueva, vida nueva"? Probablemente tantas veces que ya no le prestas atención. Hoy podemos resignificarla: cambiarte es cambiar. Ya sea que te cambias de casa porque quieres hacerlo o porque no has tenido opción, si lo haces no pierdas la oportunidad de reinventarte. Tienes la ocasión y la excusa para deshacerte de lo que ya no quieres, para ensayar formas mejores y más sanas de vivir. ¿Te cambias? Cámbiate. 





(Todas las fotos de este post pertenecen a lacasadejuana.cl)


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